Con el título de la entrada ya hay suficiente. Esa frase ya encierra mucho contenido de por si… pero voy a escribir, que es viernes.

Una de las entradas más famosas de este blog y que más visitas ha tenido ha sido la de «Jaulas mentales«, donde decía aquello de la vida no te debe nada. Y es verdad, la vida no te debe nada, no te esfuerzas por un fin… te esfuerzas para que el camino que andas te conduzca a un fin. Siempre lo he visto así. Puedes tener una meta, a lo lejos, en el horizonte… pero has de mirar por donde pisas en cada momento.

Hay momentos de inspiración, de abatimiento, de ilusión, de desolación… en todo camino que se recorre o en todo proyecto que se lleva a cabo. La motivación que hierve dentro de ti te ayuda en algunos momentos a esforzarte, a ir un paso más allá, a pensar «Si trabajo y me esfuerzo, lo sacaré adelante». Y un poco más allá… te das cuenta que, por la razón que sea, no has llegado a donde esperabas, es más, estás dando un rodeo de lo más inútil. Entonces es cuando la motivación que te ayudaba, que te quemaba, que te hacia avanzar… se va enfriando, se va volviendo sólida hasta pesar y ser una carga, pués tienes la impresión que lo que te motivaba era una falsa esperanza, que te has estado engañando todo este tiempo.

Y miras arriba. Y miras abajo. Resoplas. Y vuelves a mirar al horizonte para ver que sigues estando lejos. Y quieres dejarlo todo y dejas de confiar en ti, en el trabajo, en tu instinto y lo peor… dejas de confiar en tu motivación y así, cuando vuelvas a motivarte por algo tendras esa sensación de duda de «¿Y será este el camino correcto esta vez?».

5 cosas a tener en cuenta que hemos de releer cada vez que nos pase esto

  • Nunca es el mejor momento para emprender algo… por tanto da igual cuando lo hagamos (siempre que lo hagamos)
  • Si no se falla no se puede aprender; no podemos aprender de los fallos de los demas, sino no conoceremos nuestros límites
  • El camino correcto es el que se toma, independientemente de que después nos demos cuenta que habian mejores.
  • No podemos amordazar a la gente para que no hable de nosotros, pero nos podemos hacer los sordos (que no los tontos).
  • Las crisis de decisión duran hasta que se toma una decisión. No malgastes el tiempo en pensar que elegir, hay que tener una estrategia, pero hay que dejar tiempo para poder ejecutarla.

A veces la vida te sorprende, cuando menos te lo esperas o, irónicamente, cuando menos necesitas sopresas o sobresaltos. N pierdas la Fé. Nunca. Jamás.

¿Y a que viene esto? Pues como ya he dicho alguna que otra vez… una mala mañana, de un mal día, de un pésimo año 😉


1 comentario

Adolfo · junio 25, 2013 a las 10:07 am

Cuando pierdes la motivación, también puedes parar a tomar aire en el camino, perder un rato re-ordenando ideas y buscar otra motivación para continuar.
Siempre hay varias razones para hacer algo, nunca deberíamos pensar que solo hay una, aunque no las veamos a primera vista, siempre hay otra razón para llegar al mismo fin.

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