«Tras los diversos tests de inteligencia y aptitudes realizados, concluimos que Claudio García tiene un potencial inmenso para la creación, por lo que concluimos que su calificación es: TALENTOSO«.

Eso es lo que reza un expediente académico de hará unos 15 años más o menos que encontré revolviendo entre papelorios cuando buscaba algo que no encontré. Talentoso. Con talento, pero sin nada demostrable. Con potencial, pero sin nada hecho todavía. Me llamó la atención porque pensaba que todos esos tests (para mi absurdos) que nos pasaban en primaria, secundaria, BUP, etc. no eran más que algo para rellenar el tiempo… y resulta que había hasta una calificación a todos ellos.

Y no es que quiera estamparos mi pasado así porque si, todo esto viene a raíz de una pequeña charla que tuve con unos ex compañeros de facultad, en la que debatíamos si nuestro futuro laboral pasaba por la mega-especialización en tareas concretas:

Soy programador de front-ends en PHP para la gestión de ddbb distribuidas

o el conocimiento parcial de distintas disciplinas

Soy programador, hago algo de diseño gráfico, entiendo algo de configuración de sistemas y además administro sitios.

Es decir, se hacer una o dos cosas, pero soy muy muy bueno o se hacer muchas cosas pero sin ser especialista en ninguna.

Simplemente, quiero ser mejor

Simplemente, quiero ser mejor

Atendiendo al concepto de sistema educativo que nos viene de norteamérica, la tendencia es la especialización. Atendiendo al modelo propuesto en nuestro territorio nacional durante estos años, es la segunda (Ejemplo: ¿Por que debía de tener yo un examen de Filosofía en selectivo si estaba en ciencias puras?). Y aquí entra lo de talentoso… el otro día colgué en Facebook una foto de mi guitarra de concierto restaurada (y de la que estoy volviendo a disfrutar como un enano) y hubo un mensaje privado que me hizo recapacitar; fué algo así como «Tocas la guitarra, escribes un libro, tienes un programa de radio, eres desarrollador… menuda vida llevas! Debes de disfrutar que no veas«. Pues no. Triste, pero no. No he destacado en nada de lo que he hecho y me he dado cuenta de que quizás sea porque no he querido especializarme en nada. Quizás el mundo que viene y sobre todo la esfera laboral que se atisba no necesita gente ‘mediocre’ en muchas cosas, sino recursos especializados para problemas concretos. O igual me estoy volviendo a equivocar 😛

Mi ejemplo no tiene porque servir para nada, no lo he puesto con el afán de autobombo ni nada parecido, simplemente que antes de inventarme un caso prefiero predicar con el mio propio. Aún así, conozco a gente que hace mil cosas y las mil las hace bien y son destacables en todos y en cada uno de los ámbitos en los que están. Bravo.

¿Qué opinas tú? ¿Cuál es tu experiencia? De verdad que por higiene mental estaría bien compartir opiniones al respecto.


6 commentarios

Jose Luis Borja · noviembre 5, 2013 a las 10:22 am

Bueno, yo pienso que es más gratificante saber hacer varias cosas, aún sin ser un crack en cada una de ellas. Eso te enriquece como persona, te abre muchas puertas y te permie ser útil para cosas muy variadas. Yo también soy un poco como tu, se de varias cosas, diferentes ámbitos, pero especialista en nada. Me gusta ser así, creo que me enriquece como persona. Ahora si, pienso que esta sociedad va en la otra dirección, la de la especialización. Para mi, es un error, encasilla a las personas y con el tiempa las hace inutiles para otras cosas. Pero bueno, esto no es más que una opinión, tan valida o tan poco valida como el resto.

    Claudio García · noviembre 5, 2013 a las 6:35 pm

    Pienso más o menos como tú 🙂 Tengo varios familiares y muy buenos amigos dentro del ámbito escolar y en los últimos años hay un afán por educar en competencias como si lo fueran a prohibir (que tal como estamos, nunca se sabe. Nada. Jamás); en la práctica esto es… transversalidad de asignaturas, conceptos cruzados y asimilación de conceptos de asignaturas paralelas en otras más ‘principales’. No me disgusta, para nada, que el alumno pueda incorporar conceptos de unas asignaturas en otras me parece genial, que se le fomente el desarollo de capacidades y de reacciones ante situaciones diversas me parece brutal… pero lo que me da miedo es que se premien reacciones o competencias ‘naturales’ o ‘intrínsecas’ del alumno desde primaria, porque cuando se dejen de premiar y fomentar (universidad, trabajo, etc.)… esperemos que ya se las sepan 😉 Gracias por tu comentario JLuis!!

Michel Henric-Coll · noviembre 5, 2013 a las 10:26 am

El especialista es el que sabe cada vez más sobre un campo cada vez más reducido. Hasta llegar a saberlo TODO, pero sobre NADA.

La especialización aporta ciencia, pero Rabelais decía que «ciencia sin conciencia es la ruina del alma».

La conciencia, en este sentido, es cultura, capacidad de ver el bosque más allá del árbol, el horizonte más allá de la propia nariz.

Desgraciadamente, existe una disyuntiva: o te especializas, o quieres conservar una visión más global. Es una elección, y elegir es renunciar.

O sea, uno tiene que preguntarse a que está más dispuesto a renunciar, si a ser una herramienta valorada por sus patrones, o ser un miembro de una humanidad interconectada y colaborar a su desarrollo global.

¿A qué o quién exactamente sirve una herramienta?

    Claudio García · noviembre 5, 2013 a las 6:43 pm

    Antes de leer mi comentario, por favor, volved a leer el comentario de Michel Henric-Coll. Impresionante, muchas gracias Michel por tu reflexión, de verdad, es todo un lujo poder leer tu opinión y más en este campo. En verdad, es una elección. Entiendo que el camino natural es hacerte con una visión global y más tarde, con conocimiento de causa, especializarte en lo que te gusta, en lo que crees que te va a aportar más recorrido o simplemente en lo que te obligan. El peligro, a mi parecer, de especializarte en algo es que la tendencia cambie a medio-largo plazo, por lo que si la herramienta queda obsoleta… tú quedas obsoleto con ella, teniéndote que hacer cargo del correspondiente reciclaje, búsqueda de nuevas tendencias, recuperar alguna otra rama ‘general’ para re-especializarte… no? Muchas gracias por tu comentario Michel 😉

Eduardo · noviembre 5, 2013 a las 3:43 pm

El futuro (presente) profesional, sea mediante personas súper especializadas o no, siempre y cada vez más, requiere de la cohesión de equipos de trabajo (antes los llamaban multidisciplinares y tal) que son organizados por maestrillos «de todo» que con conocimiento de causa y criterio hacen de bisagra entre las mega-estrellas y el cliente, haciendo, en definitiva, que algo funcione.

Genial post.

    Claudio García · noviembre 5, 2013 a las 4:24 pm

    Me gusta el concepto de «maestrillos de todo con conocimiento de causa». Lo de «con conocimiento de causa» creo que es la clave; estés especializado o no, la parte práctica, la parte de haber pasado a través de lo que estás enseñando, es algo obligatorio para que el que recibe la información la aprecie realmente y la aprenda. No se puede enseñar a conducir si sólo sabes la teoría, no? 😉 Gracias por el comentario y me alegro que te guste.

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